De Leonardo D'Espósito- Diario Critica de la Argentina
Un fantasma recorre el mundo de la televisión argentina: el fantasma del reality show. Si en la década de los 70 los diferentes géneros televisivos estaban bien delimitados, algo sucedió con el nuevo siglo y la explosión arrastró ficciones, programas de entretenimientos, shows y hasta noticieros. Podría decirse que el éxito de Gran Hermano fue el que operó el cambio, pero sería anteponer las causas a los efectos: es más interesante pensar que lo que sucedió fue lo opuesto, que la televisión siempre tendió a transformar la realidad y lo instantáneo en espectáculo, el famoso mito del “vivo-directo-con usted en nuestros estudios”.En las últimas semanas, por ejemplo, la noticia televisiva fue la pelea entre Moria Casán y Mirtha Legrand, que tuvo como round previo un cruce de palabras entre la propia Casán y Antonio Gasalla. Ninguna de esas peleas que terminaban en insultos, cartas documento y denuncias cuasi policiales en pantalla (sin hablar de confidencias, alguna alcahuetería y esas lindezas dignas de reunión familiar de Fin de Año) servía como promoción de alguno de los espectáculos (televisivos, teatrales, cinematográficos) que protagonizaran, fueran a protagonizar o hubieran protagonizado los aludidos. Sí servía como promoción de ellos mismos, y dada la repetida aparición de la señora Casán en los programas de chismes de la tarde –y algunos periodísticos de toda hora–, la respuesta es sencilla: ahora el único espectáculo que protagonizan, etcétera, los personajes de los medios es su propia vida expuesta como telenovela.
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miércoles, 29 de julio de 2009
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